Bien pudiera ser, esto que hoy cuento, uno de mis cuentos.
Érase una vez una niña rusa que un día leyó un libro español lleno de fantasía. Se enamoró de él y años después decidió traducir el libro a su idioma para que todos los niños rusos pudieran disfrutar tanto como ella con aquella mágica historia. Pidió permiso al autor y lo hizo. Pero eran malos tiempos para los libros. Como casi siempre. Como en casi todas partes. No halló editorial dispuesta a publicar su traducción. Ella, sin embargo, no desistió, no se rindió. Si las editoriales no querían su hermoso libro, peor para las editoriales. Decidió publicarlo por si misma, a través de un nuevo sistema llamado «crowfunding», por el que se pide a los lectores que adelanten la compra, reservando su ejemplar.
Por increíble que parezca, le salió bien y obtuvo el dinero necesario para publicar el libro, que ya está impreso. El enlace de abajo os lo demuestra. Está en ruso, claro, pero con el traductor de Google os podéis hacer una idea. Y si miráis el video que incluye, veréis a la chica rusa. Se llama Anna Minaeva; el libro es FANTASÍAS DE BORO y yo soy el autor.
¿No es un cuento precioso?
Cuando me lleguen ejemplares, que están en camino desde Moscú, os los mostraré.
¡Gracias, Anna!