Braulio Llamero

Bienvenido a la república independiente de mi página

«La lectura fluye sola…»

Suma y sigue. Ahora es el blog «Mientras duermen» el que ha dedicado un extenso y elogioso comentario a EL BESO DEL TIEMPO.  Pasen y lean:

«…Últimamente he decidido abrirme un poco en cuanto temas literarios se refiere, estoy explorando un poco en el terreno fantástico, y la verdad es que me estoy llevando muy gratas sorpresas, como con este libro en concreto que os presento hoy. Está narrado muy cuidadosamente, con un lenguaje elaborado y un tanto rebuscado  al principio, pero que cuando continúas la lectura compruebas enseguida que rápidamente te acostumbras a ese tipo de prosa y la lectura fluye sola. Prueba de ello es la magnífica descripción de la tormenta con que se inicia el libro.
Me he permitido la licencia, mientras lo leía, de situar los hechos en la Baja Edad Media, tiene todos los ingredientes para ello, caballeros, doncellas, gestas heroicas, castillos y magos. Y en especial, un modo de hablar a lo largo de toda la historia con un cierto aire juglar.
Me ha gustado porque la historia es breve pero intensa,  el autor no se anda por las ramas, va directo al asunto. Hacia el final del libro te hace reflexionar sobre las ventajas e inconvenientes ser inmortal, y donde  «El beso del tiempo» como título cobra todo sentido…»

El comentario que firma Dolores -¡muchas gracias»- podéis leerlo completo  AQUI

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Información

Esta entrada fue publicada el 21/05/2012 por en EL BESO DEL TIEMPO.
Follow Braulio Llamero on WordPress.com

Categorías

Entradas y Páginas Populares

Entradas recientes: Los Minicuentos

La grúa

Esto era un hombre subido a una grúa gigante. Veía a la gente, en las calles, como si fueran hormigas. —Qué grande soy -se decía. Un día perdió su trabajo y se quedó en la calle. Cuando pasaba por la zona, miraba la enorme grúa que ahora manejaba otra persona. —Ni se ve al que […]

  • 53.404 visitas
A %d blogueros les gusta esto: